El nombre científico Cereus validus está formado por el nombre de género Cereus, del latín cereus, "vela (de cera), antorcha (de cera)", y de la palabra latina validus, "fuerte, sólido".
Este cactus de tipo candelabro justamente por su forma, es endémico de Argentina, Bolivia y Paraguay. Crece en una variedad de hábitats. Ocurre en las llanuras áridas, en los bosques, en las colinas y en los bordes de las salinas en la región del Chaco junto con Stetsonia coryne y Opuntia quimilo.
Es una planta perenne carnosa de forma columnar cilíndrica, de 4 m de altura o más, de color glauco y ramificada, con tallos largos y erguidos.
Los tallos, de 12 cm de diámetro, tienen de 4 a 8 costillas con areolas (el lugar donde aparecen las espinas) y presentan depresiones a intervalos regulares que les dan el aspecto de tallos articulados. Las espinas son de color castaño.
Esta cactácea presenta unas numerosas y maravillosas flores (de 20 a 25 cm de diámetro) son de color blanco rosado y tienen forma de embudo largo. Se abren casi simultáneamente al anochecer y por la noche, y se cierran durante las horas de insolación.
La época de floración es primavera-verano y fructifica en verano. El fruto, ovoide y de 4,5 a 10 cm de longitud, tiene una superficie lisa y de color rojo anaranjado a violáceo, con pulpa púrpura comestible y semillas negras.
Las cactáceas por la rareza de sus plantas, apariencia rústica y la hermosura de sus flores multicolores, son muy apreciadas para fines ornamentales, sin embargo, antes de arrancarlas de su hábitat natural es mejor cultivarlas, favoreciendo así a su conservación, ya que son base fundamental de la alimentación de muchos animales, especialmente en épocas de sequía.