Abigail Wicks, Christy Zhang y Julia Damato, de la escuela Westminster en Adelaide, usaron una fórmula matemática para demostrar cómo la pareja podría haber continuado su historia de amor si hubieran pensado en un simple truco.
Tras el hundimiento del Titanic, Jack y Rose intentan trepar a un pedazo de escombros en el frío y helado mar del Atlántico Norte. Pero supuestamente hay un solo lugar en la puerta de madera, por lo que Jack sacrifica su lugar por Rose.
Sin embargo, estas estudiantes aseguran que podrían haberse quedado en la puerta si hubieran puesto sus chalecos salvavidas debajo de ella para flotar a un lugar seguro.
"Hicimos muchas pruebas y tuvimos que jugar con diferentes materiales para ver qué materiales eran realistas para ese momento", contó Wicks, de 15 años, al diario The Daily Telegraph.
Desde el estreno de la película en 1997, miles de fanáticos de la película indignados por su triste final recrearon el espacio que ella ocupaba y demostraron que, en efecto, dos personas cabían sin problemas.
La propia protagonista había admitido que había espacio para los dos en la puerta a la que se aferraban. "Es verdad. Creo que él entraba en el trozo de puerta", dijo el año pasado Kate Winslet, en su paso por el show del comediante Jimmy Kimmel.