El año pasado, según esta agencia dependiente de la ONU, la concentración atmosférica de CO2 alcanzó las 403,3 partes por millón (ppm), superando de nuevo la barrera de los 400, que se rebasó por primera vez en 2015, el año en el que se firmó el Acuerdo de París. Este pacto internacional, precisamente, busca reducir los gases de efecto invernadero que emite el hombre para evitar un catastrófico aumento de las temperaturas.
La OMM amplió el foco aún más y sostuvo que la concentración actual de dióxido de carbono en la atmósfera representa el 145% de los niveles preindustriales (antes de 1750). Alertó que "la última vez que la Tierra conoció una cantidad de CO2 comparable fue hace entre tres y cinco millones de años: la temperatura era entre 2 y 3 grados más alta y el nivel del mar era 10 o 20 metros mayor que el actual".
La agencia también apuntó en su boletín que en la concentración detectada en 2016 influyó, además de las emisiones de la actividad humana, el fenómeno meteorológico de El Niño que tuvo devastadores efectos en distintas zonas del mundo entre 2015 y los primeros meses de 2016.
"El Niño" provocó sequías en las regiones tropicales y redujo la capacidad de los "sumideros" -como los bosques, la vegetación o los océanos- para absorber CO2.
"El constante aumento en las concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera durante el período de observación, a partir de 1970 y hasta la actualidad, es consistente con el observado aumento de las temperaturas globales promedio en el mismo período", señaló la OMM, que además advirtió de un "aumento peligroso de la temperatura global".