Científicos del German Center for Neurodegenerative Diseases y otras instituciones alemanas, emprendieron un trabajo que los llevó a demostrar que las personas mayores que hacen ejercicio físico habitualmente pueden revertir los signos del envejecimiento en el cerebro. Y concluyeron que entre todos los tipos de ejercicio, el baile es el que posee el efecto beneficioso más profundo.
Los investigadores contaron para su investigación con dos grupos de ancianos. Los separaron en dos grupos: en uno, el de baile, integrado por 14 personas de entre 67-71 años y en otro, 12 personas, de entre 68 y 71 años realizarían ejercicio físico. Los mayores comenzaron un curso semanal que se prolongó durante 18 meses de aprendizaje de rutinas de baile o de entrenamiento de resistencia y flexibilidad.
Durante el trabajo, ambos grupos mostraron un aumento de volumen en la región del hipocampo del cerebro. Esto es importante, ya que esta zona es propensa al deterioro cerebral relacionado con la edad (y desempeña un papel clave en la memoria y el aprendizaje, así como en el mantenimiento del equilibrio) y se ve afectada por enfermedades como el Alzheimer.
Con el objetivo de ahondar en este aspecto, los investigadores distribuyeron distintas rutinas de ejercicio a los voluntarios según el grupo: el entrenamiento físico tradicional estuvo compuesto de ejercicios repetitivos (como el ciclismo), y el grupo de baile, por el contrario, se enfrentó a cambios de género cada semana (tango, baile latino, etc.), esto, para mantenerlos en un proceso de aprendizaje constante.
Según los investigadores, este desafío adicional en el grupo de baile explicaría la diferencia perceptible entre el equilibrio de este grupo y los del grupo con ejercicios tradicionales y la mejoría en los síntomas de deterioro cognitivo asociado a la edad.