"Se trata de una absoluta monstruosidad, de un horrible pecado que contradice todo lo que predica la Iglesia", subrayó el pontífice en el prólogo del libro que publica hoy en exclusiva el diario Bild.
El Papa se preguntó "cómo puede ser que un sacerdote, consagrado a Cristo y a su Iglesia, llegue al punto de causar tanta desgracia", con la que "no solo daña al niño, sino también la vida de la Iglesia".
Francisco recuerdó que muchas víctimas abusadas por religiosos durante su infancia incluso se quitaron la vida. "Estos muertos pesan en mi corazón, así como en mi conciencia y en la de toda la Iglesia. Quiero expresar mi amor y mi dolor a sus familias y pedirles perdón desde la humildad".
El Papa, que conoció a Pittet en 2015 en el Vaticano, subraya la importancia de que su testimonio llegue a otras personas, "para que todas entiendan cuán profundamente puede penetrar el mal incluso en el corazón de un servidor de la Iglesia".
"Por esta razón, el testimonio de Daniel Pittet es tan necesario, valioso y valiente", afirmó.